La noticia más notable del día de hoy es la relacionada con el viaje de los obispos norteamericanos a la Habana. Quiero retomar el artículo anterior pues sin duda es parte de los movimiento que como había comentado, se están realizando.
Es cada vez más evidente que las autoridades cubanas están realmente interesadas en descongelar las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, pero sin querer correr el más mínimo riesgo político, es decir sin tener que ceder en cuestiones que sin duda son de importancia fundamental, tales como una mayor apertura a las libertades individuales de los cubanos.
Para lograr este objetivo se ha iniciando una nueva ofensiva. Ya habíamos visto la visita de varios presidentes a la Habana, como una muestra del apoyo a la figura de Raúl en su nuevo puesto. A raíz de estas visitas los países latinoamericanos llegaron al consenso de dar un espaldarazo al nuevo mandatario, principalmente clamando por el cese del embargo norteamericano. Sin embargo, esta estrategia ha tenido solo avances muy lentos y no ha logrado concretar una mayor flexibilización en las relaciones.
Debido a esta lentitud se ha implementado una nueva estrategia, buscar el apoyo directo de grupos ó individuos dentro de los Estados Unidos, para impulsar el cambio de política. Sin embargo el gobierno persiste en pensar que puede lograr tales cambios sin tener que sacrificar la mas mínima cuota de su poder político. Creo que es una estrategia errónea y que no tendrá muchos resultados.
Hasta el día de hoy la administración del presidente Obama ha mostrado una gran paciencia esperando por los gestos que el mismo Raúl Castro menciono en uno de sus viajes a Brasil.
¿Piensa el gobierno cubano que con una ofensiva como esta podrá tener éxito sin tener nada que sacrificar a cambio?
Me gustaría terminar con una respuesta de la secretaria de estado en otra conferencia en el Council on Foreign Relations en Octubre del 2006 cuando se desempeñaba como senadora.
QUESTIONER: Where do you think we ought to go in respect of Cuba?
CLINTON: Well, I think we’re in a waiting game. And I don’t think there’s anything that’s going to change until we know what happens to Fidel. There’s not going to be any changes on their side, and there are not going to be changes on our side. This is, you know, a very intractable political problem here in our country. I hope there will be some opening to try to figure out a more effective approach to exercise more real influence by us in Cuba post-Castro, but I think we’re just in a holding pattern right now.
Es cada vez más evidente que las autoridades cubanas están realmente interesadas en descongelar las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, pero sin querer correr el más mínimo riesgo político, es decir sin tener que ceder en cuestiones que sin duda son de importancia fundamental, tales como una mayor apertura a las libertades individuales de los cubanos.
Para lograr este objetivo se ha iniciando una nueva ofensiva. Ya habíamos visto la visita de varios presidentes a la Habana, como una muestra del apoyo a la figura de Raúl en su nuevo puesto. A raíz de estas visitas los países latinoamericanos llegaron al consenso de dar un espaldarazo al nuevo mandatario, principalmente clamando por el cese del embargo norteamericano. Sin embargo, esta estrategia ha tenido solo avances muy lentos y no ha logrado concretar una mayor flexibilización en las relaciones.
Debido a esta lentitud se ha implementado una nueva estrategia, buscar el apoyo directo de grupos ó individuos dentro de los Estados Unidos, para impulsar el cambio de política. Sin embargo el gobierno persiste en pensar que puede lograr tales cambios sin tener que sacrificar la mas mínima cuota de su poder político. Creo que es una estrategia errónea y que no tendrá muchos resultados.
Hasta el día de hoy la administración del presidente Obama ha mostrado una gran paciencia esperando por los gestos que el mismo Raúl Castro menciono en uno de sus viajes a Brasil.
¿Piensa el gobierno cubano que con una ofensiva como esta podrá tener éxito sin tener nada que sacrificar a cambio?
Me gustaría terminar con una respuesta de la secretaria de estado en otra conferencia en el Council on Foreign Relations en Octubre del 2006 cuando se desempeñaba como senadora.
QUESTIONER: Where do you think we ought to go in respect of Cuba?
CLINTON: Well, I think we’re in a waiting game. And I don’t think there’s anything that’s going to change until we know what happens to Fidel. There’s not going to be any changes on their side, and there are not going to be changes on our side. This is, you know, a very intractable political problem here in our country. I hope there will be some opening to try to figure out a more effective approach to exercise more real influence by us in Cuba post-Castro, but I think we’re just in a holding pattern right now.
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