La propuesta de Bill Richardson sobre un diálogo entre el exilio y el gobierno cubano es sin duda interesante y muy apropiada para el momento que vivimos. Para todos es evidente que la ecuación cubana tiene cuatro variables importantes, el pueblo cubano dentro de la isla, el del exilio, el gobierno cubano y el gobierno de los USA. Estas cuatro variables deben entrar a formar parte de la solución para lograr un resultado duradero y creíble.
Para el gobierno cubano este es el momento de construir el diálogo. La elite política sabe que el tiempo es indetenible y que nada les puede garantizar más el futuro de sus familias que lograr cierto nivel de entendimiento. ¿Pero cuanto se esta dispuesto a sacrificar?
Si las autoridades cubanas siguen empecinadas en desacreditar cualquier intento serio de diálogo recurriendo a la descalificación de los interlocutores, no será muy difícil vaticinar el final de este intento. El diálogo entre cubanos es la única llave que puede abrir una solución a la situación existente.
Si bien establecer un mejor entendimiento con los USA ayudará a crear un ambiente mucho más propicio, solo un proceso de acuerdos entre los cubanos de diferentes signos políticos puede garantizar la paz y la estabilidad de la Cuba del futuro.
Creo que la propuesta del señor Richardson pudiera ser reforzada con la mediación de un grupo de personas notables tanto dentro como fuera de la isla. Esto le daría sin duda un nivel de compromiso a ambas partes de cara a la sociedad cubana y a la comunidad internacional y crearía un ambiente con mayores garantías.
Dentro de este análisis quedan varios aspectos importantes por detallar, entre ellos ¿quien será el interlocutor del gobierno dentro de la isla y en exilio? Este y otros puntos cruciales me gustaría retomarlos en próximos comentarios.
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